La obra se plantea sobre un edificio catalogado en el P.G.O.U. de Ejea de los Caballeros como exponente de una arquitectura racionalista en la que se valoran de forma especial la composición volumétrica y de huecos. La nueva propiedad del edificio valoraba de forma determinante cambiar la imagen de un establecimiento hotelero y un edificio que se vinculaba en el entorno a la idea de abandono y degradación. La actuación en las pieles del edificio, respetando y poniendo en valor los elementos significativos de su arquitectura son sin duda las claves de la actuación que conjugan las premisas normativas y de la nueva propiedad. El proyecto de reforma y acondicionamiento del hotel siguió los criterios de actuación recogidos en el catálogo y ha sido respetuoso con las modificaciones que se realizan. Por razones de distribución y espacio se han modificado parte de la distribución de las habitaciones y sobre todo los espacios de planta baja y sótano.